Leyendo a Hugo Mujica
Un silencio que bautiza, un decirse hondo y denso
allí donde las sombras penden de un hilo de luz
no el temor ni la traición
Antes la nada
que revela, que muestra los bordes filosos del vacío
la palabra que se busca para poder nombrar, para poder decir en lenguaje accesible.
Llamo. Llama de luz sagrada
Llama que enciende la oscuridad a pesar de los otros
Los dueños de la noche.
Y como si esa llama trajera una memoria antigua
se desprenden todas los falsos abismos
como hojas muertas que caen
Antes del amanecer: la vigilia
Antes del anochecer: el sueño
En un sueño yo digo lo que mi boca no puede nombrar
En un sueño antiguo. Sueño testigo. En un sueño de memoria pasada
Antes de nacer. Antes de procrear. Pro-creo. Optimismo real.
Salvación en llanto mudo
pero cuando abro los ojos y veo
el vacío desaparece. El vacío se alimenta de ese “no ver”.
Confío. Rezo una pequeña plegaria, sin nombre, sin Dios, sin instituciones.
Confío y camino seguro
porque veo el vacío y me río
Me río
Y en este decir de palabras sordas
las luces y los ecos del silencio
que anidan a la sombra de mi plegaria.
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