Y soñaba con lluvia y con agua.
Y había gente linda. Y había más agua. En las calles, agua. Y yo me encontraba
con gente que amo y que ya no puedo ver más. Y más agua, de vereda a vereda y
el olor de la lluvia que trae ausencias y las moja de presencia. Y más lluvia y
un mundo de agua, un universo lluvioso. Y al fin el sueño revivía. Y me
abrazaba y me contaba las novedades. Y le decía que lo amaba y que lo extrañaba
y respondía con lluvia. Y agua por todos lados y más lluvia, eterna, como un
llanto acumulado de siglos. Y más agua y más lluvia y gotas grandes y chiquitas
pero más agua y más lluvia. Y no quería despertar porque el recuerdo, aunque
ahogue, alivia un poco la falta. Y lluvia y agua e infancia mojada de más
lluvia había. Y el olor a la tierra mojada y el olor a inocencia y el olor a
felicidad desinteresada. Y había memorias que se hacían vida y lluvia y agua y
alegría. Y lluvia y más agua. Y me desperté con los pies mojados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario