ella conoce muy bien
los olores de la siesta
y el fruto azul crecido de la distancia
pero espera lo epifánico
detrás de mi puerta
que grita susurra en contra del viento
conoce las flores nacidas del derrumbe
el perfume del cielo herido
pero sufre
se asesina
en un pánico errático
que encierra su miedo
las melodías que retumban
en mi sangre enterrada
la fe que renace
como una palabra revelada
ella conoce el roce de la euforia
como un oasis de sed
los claros de este día oscuro
cerrado en torpeza
ella desconoce también
11 comentarios:
Muy bueno, maestro. Con la cadencia acostumbrada de su estilo. Nos seguimos leyendo.
Amo estas palabras porque reflejan exactamente lo que me pasa ahora!
Bien!
... ella es siendo ...
El poema me sumerge en la pureza del miedo.En un acecho tímido, no se por qué.
Sí, es miedo, es pureza, es acecho, es ahogo y desahogo y es también la ambiguedad reflejada en un (unos) sentimiento, el de la Niña de Amapolas...
Gracias Rubén!
Tus textos han sido ciertamente placenteros para mí!
Estamos en contacto...
Eduardo
"conoce las flores nacidas del derrumbe
el perfume del cielo herido"
Dios, casi que lloro...gracias por tanta belleza...
Qué mano, qué pluma este muchacho! se nota que ama lo que hace, porque le sale muy bonito. Un beso!
Gracias Amiga! Me gusta que se note que esto es "en serio" para mí, hay preocupación x la palabra, desde ya!
Te invito a leer, a leer-me, te invito a esta, también mi casa...
Un abrazo!
Me encanta la intensidad que alcanzan tus escritos, es mucho más de lo que te pasa (ahora o en cualquier otro momento) lo que hacés con las palabras crea una realidad diferente.
Fascinante.
Qué bueno lo que decís. De esto se trata, de crear "mundos posibles", intensos, diferentes, reveladores...
Gracias por la buena onda!
Me gustó tu laburo, es interesante e intenso.
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