jueves, 26 de mayo de 2011

buscar orillas ripios
donde reparar este ensueño
para que se haga real o desaparezca

busco
no siempre encuentro
donde descansar
pero me sé sabido, salvado

me sé muerto y vivo
me sé luchando, buscando ese rayo
que entra por la ventana
haciéndole un lugar
para que alumbre

haciéndote un lugar
para que me alumbres

7 comentarios:

El Edu dijo...

Perfecto. Justo lo que quería...

Anónimo dijo...

Querer en el transcurso de caminos doblegados por el tiempo que se detiene repentinamente en tus ojos...
Querer cuando aún no se puede tenerlo todo, en medio de ausencias que parecen disgregarse cuando las ventanas se abren aquí y allí...
Querer cuando el suspiro prolongado parece someter a las palabras que de tan temerosas que están, se vuelven invisibles...

Anónimo dijo...

M.

El Edu dijo...

Hermoso lo que decís, profundo, perfecto. Y es mucho más que eso también...
El silencio se vuelve invisible pero no lo es...

Anónimo dijo...

Gracias por los halagos. Es un honor para mí sobre todo viniendo de su mano...
He dejado más palabras dispersas por aquí, espero que sigan siendo de su agrado...
Ojalá que en algún momento la palabra escrita pueda mutar a palabra hablada...

M.

El Edu dijo...

La palabra escrita es hablada en tanto dialoga con el lector, con las otras palabras; dialoga con el silencio...
La palabra se habla en silencio también...

Anónimo dijo...

¡Qué bello lo que decís! Estoy de acuerdo sin embargo está claro que el lector no puede establecer una conversación (en el sentido literal)en un café viejo de Buenos Aires, digo por tirar un ejemplo, con el texto aunque quisiera.


Sí.Los silencios dicen lo que las palabras no se atreven a pronunciar.

M.