Es que la naturaleza nos invitó a vivir, a habitarla. Por eso debería ser lo más preciado para cualquier especie.
Al margen del arroyo, todo fluye inevitablemente y dentro del bosque, verdes chañares imantan soledades.
Todo está delineado por la percepción, el alrededor se cierra en canto originario.
Para que el verde siga su curso como el agua.
Para que el sol despierte soledades de semillas.
Para que la tierra encuentre su refugio primario.
Para seguir siendo.
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