sábado, 7 de diciembre de 2013

Gobernarme




Aceptalo: soy un lujo que no te podés permitir.

(un besito. nos re vemos en la lumina gemina nocte)

...

El vivo que habla la muerta. Si se puede hablar, ninguna está muerta. Siniestra.

...

Aceptalo: hay un morir que resiste su naturaleza.

Dos preposiciones son un acorde pero dos notas no lo son -dije, y lo conquisté- Me aburro porque me parece demasiado fácil.

Vamos, vamos. Así se llena el desierto: de deseo. ¿O acaso el desierto no es un olvido de dios? ¿no le puso nada? Pobre desierto, de cierto tiene la sed.

(Vos andá guardándote las ganas, dejame reposar. Ya aprendí a convivir conmigo mismo. La verdad que sí. Dejame reposar y listo. Cuelgo el teléfono, qué sé yo..)

El chiste de todo esto es que existe un fluir y listo. Si total, el que lee no sé si lee o leyendo se fuga y ya en otro lado construye otros sentidos sin mí.

(acordate de que la preposición rige el caso terminal)

No sé por qué.
Pero es así.
Cortar algunas estructuras
total para qué
interrogarse tanto para qué
¿te vas a ir a algún lugar mejor?
¿decimelo y te acompaño?
-no lo preguntes, afirmalo-

así titila naranja la última sombra de la tarde
quiero decir que el sol se va muriendo
adentro mío y afuera en la ciudad

Viene el anochecer como una máquina a vapor, a lo lejos. ¿Habrá otra revolución?
Hay un río revuelto adentro mío. Hay un espejo. Te lo juro. Me veo.

Adiós: voy a gobernarme

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